domingo, 16 de diciembre de 2012

Bélgica como unidad de destino

La verdad es que ha sido escribir el título y darme la risa. Bélgica... ¿unidad de destino? ¿Unidad, de lo que sea?

Bélgica es el país más dividido del momento. Ríete de España, que tiene, mal que les pese a más de uno, una administración central que es la que corta el bacalao y dispone de la pasta, así como una lengua común (también, mal que les pese a algunos). Iba a decir que también tenemos una religión común, pero no sé si es el momento más adecuado para recordar eso.

Y ríete de Rusia. Rusia es un país con una lengua común, con una estructura federal de boquilla y rígidamente centralizada en realidad, que además está recuperando una religión predominante y que tiene una raza -eslava- que no es que sea superior, vale, pero... digamos que es un poquito más aceptable que las demás.

Bélgica, no.

Bélgica no tiene una administración central que merezca la pena mencionar. Los que mandan son las dos (tres, si se cuenta la capital) administraciones regionales. No tiene una lengua común. Uno va a Valonia, y más vale que sepa francés, porque no va a oír otra cosa; uno va a Flandes, y pasa lo que ya vimos en otra ocasión, hace ya tiempo.

Ya hace algún tiempo que los partidos independentistas flamencos (los valones son los pobres de la película y arman menos jaleo) entran tranquilamente en los muchísimos parlamentos que hay por aquí. Últimamente no montan una escandalera demasiado alta, porque, total, la diferencia entre lo que ya hay y la independencia pura y dura no es muy importante, y los nacionalismos exagerados, en un país que cobija un porrón de organizaciones internacionales, comenzando por la mayoría de los organismos de la Unión Europea y siguiendo por la OTAN, pues tampoco es que estén demasiado bien vistos en el mundo moderno.

La pregunta es cómo narices se ha llegado a este punto. Ahora están a punto de separarse y tienen intérpretes en el parlamento, pero porque realmente los necesitan, no como en el Senado español, que es para hacer la gracieta, pero estos chicos llevan como país soberano desde 1830, y entonces se separaron todos juntos en unión y eran la mar de amigos, y hasta llegaron a crear un imperio colonial bastante impresionante, cuando crear imperios coloniales estaba de moda.

Aquí, en este tiempo, tiene que haber pasado algo gordo, y creo que esa cosa tan gorda que les ha pasado es bastante parecida a la que ha pasado, y sigue pasando, en España. Con lo cual, será mejor pensar un poco sobre el asunto, porque España podría acabar siguiendo los pasos belgas, y es bueno que alguien vaya por delante para tomar nota del camino.

Hasta aquí, hoy. Me voy, que se me hace tarde.

2 comentarios:

javier dijo...

Bélgica no es España. Y las aspiraciones autonomistas belgas son legítimas. El mundo cambia y España aprenderá. Punto pelota.

Alfor dijo...

Javier, estamos categóricos, ¿eh?